Joan Font: «Para un paralímpico, el deporte es su manera de mostrar que él es capaz»

Joan Font

Joan Font es la mitad de un sueño. La mitad de un tándem -el que compone junto a Ignacio Ávila- que quiere pelear por los metales en los Juegos Paralímpicos de Río. Cuando Joan, uno de los mejores ciclistas de Cataluña en la categoría élite, conoció a Ignacio vio en él a alguien con sus mismas ganas por superarse. Con el mismo instinto ganador.

Alucinó cuando escuchó por primera vez a Ignacio hablar sobre sus objetivos, cuando aún no se había subido a un tándem de forma competitiva. Pero rápidamente comprendió que se identificaba con esas aspiraciones. Y ahí empezó su historia.

En menos de cuatro años ya van a por sus segundos Juegos Paralímpicos y se han colgado varias medallas en mundiales. Por los pies de Joan pasa la mitad del esfuerzo mecánico. Pero por su cabeza pasan también las decisiones tácticas. Esas que le gusta compartir con Ignacio en mitad de la carrera, casi en un susurro, para que los rivales no las oigan.

Así han forjado una amistad que Joan ha descrito alguna vez como un noviazgo. Pero también han creado un tándem ganador que tiene puestos sus ojos en estos Juegos.

A apenas unos horas de su participación en el torneo, que comienza mañana,  hemos querido entrevistar a nuestros campeones para que les podáis conocer un poquito más. Para Transgesa, Ignacio Ávila y Joan Font son un ejemplo de lo que puede conseguir la Confianza. Y es que nadie encarna como ellos nuestro lema: «Tu confianza nos mueve». Esperamos que la que tienen entre sí les lleve hasta lo más alto.

Entrevista a Joan Font

¿Cómo surge la idea del deporte paralímpico? ¿Hacías deporte antes?

Siempre he hecho deporte. De pequeñito jugaba al fútbol en el colegio, después tenis de mesa y hockey. A los 14 años empecé a conocer el mundo de la bicicleta, primero con la mountain bike, saliendo los domingos con mi padre y sus amigos. Al año siguiente dejé el hockey para dedicarme exclusivamente al ciclismo, compitiendo en carretera.

Gané la primera carrera en la que competí, en el primer año ya estaba en la Selección Catalana y poco a poco el ciclismo me ha ido dando éxitos y también se ha convertido en un deporte que me ha enamorado.

Ya han pasado 15 temporadas desde que empecé a pedalear y no veo el día en que deje de hacerlo.

«Vi que no estaba delante de un chico normal que quería ir en bicicleta, sino de un gran deportista que quería volver a estar en lo más alto»

¿Cómo conociste a Ignacio?

En diciembre del 2012 recibí una llamada de mi director de equipo comentándome que había un chico con una deficiencia visual que buscaba un piloto para poder competir en tándem. Después de preguntarme si me interesaba organizaron una reunión para conocernos y que me explicara sus planes. Ese día conocería a Ignacio.

Era mediados de diciembre cuando nos reuníamos en el bar del velódromo de Horta en Barcelona. Mientras tomábamos una Coca-Cola Ignacio se presentó y me empezó a contar su historia, quién era y, sobre todo, quien había sido en el mundo del deporte hasta ese día en atletismo.

En ese momento fue cuando me dijo que había estado en cuatro Juegos Paralímpicos, colgándose medalla en algunos de ellos . Ya vi que no estaba delante de un chico normal que quería ir en bicicleta, sino de un gran deportista que quería volver a estar en lo más alto.

¿Cómo es vuestra relación?

Buena, muy buena, desde el primer día ha sido así. Pasamos de no conocernos a compartir muchas horas de entrenamiento juntos, incluso semanas de concentraciones y competiciones dónde compartimos las 24 horas del día.

Quizás el hecho de que nos llevemos tan bien ha sido un punto clave para lograr los objetivos que nos hemos ido poniendo.

¿Hasta qué punto es importante la confianza en el tándem?

Importantísima. Piensa que al llevar a Ignacio detrás no solo soy sus ojos sino que también hay mucha más responsabilidad, ya que de mí depende la velocidad en la que entramos en una curva, el desarrollo que usamos, la estrategia en carrera… Y sobre todo, que pese a estar en carrera e ir al límite debo tener el suficiente control para evitar posibles caídas. Y es que, si a mí no me gusta hacerme daño, menos me gustaría que se pueda lesionar él.

¿Qué es para ti la confianza? ¿En qué consiste?

Es algo que está siempre presente en nuestro día a día y en el de cualquier persona, ya sea deportista de élite o no. A nivel personal y deportivo sin confianza nada sería igual. Hay que entender que la confianza nos mueve. Si no tuviéramos confianza en poder ganar o poder superar un reto, tampoco tendríamos fuerzas para intentarlo.

«A nivel deportivo Ignacio me ha aportado un oro mundial, pero a nivel personal ha sido mucho más que eso»

¿Qué te ha aportado la confianza con tu compañero de tándem?

Hasta día de hoy y a nivel deportivo, un oro mundial, pero a nivel personal mucho más que eso.

Como he comentado, anteriormente a Ignacio no lo conocía, me reuní con él, me contó su propuesta y empecé a confiar en él y en lo que me decía. A confiar en que eso tan lejano y tan descabellado que me proponía, subirnos a un tándem, ganar carreras y campeonatos cada vez más importantes, hasta llegar a nuestro objetivo, los Juegos Paralímpicos. Todo eso era muy lejano pero siempre hemos confiado el uno en el otro, entrenando y trabajando duro para perseguir un sueño.

Joan Font e Ignacio Ávila
Joan Font e Ignacio Ávila

¿Has estado antes en los Juegos Paralímpicos?

No, serán mis primeros Juegos. Todo deportista sueño con llegar a la máxima competición a nivel mundial y que solo se celebra cada 4 años. Confié en Ignacio y él me ha dado esta oportunidad. A día de hoy, resto los días para tomar salida en mis primeros Juegos.

Sois de los pocos tándems que tienen un rendimiento muy alto en carretera y pista. ¿A qué se debe?

Quizás yo tenga algo que ver. Desde que empecé con el ciclismo, hace ya muchas temporadas, lo he corrido todo. Carretera, pista… incluso también me atreví con el ciclocross. Y nunca lo he hecho por hacer, siempre me lo he tomado con tantas ganas y empeño que no he parado hasta conseguir mi objetivo: ganar. Demostrar que si quiero, puedo.

Nos hemos juntado el hambre con las ganas de comer. Ignacio es competitivo al máximo, no le gusta perder en nada.

Después de nuestra primera temporada en carretera donde acabábamos con dos platas en carretera y contrarreloj solo tuve que decirle: ¿Lo intentamos en la pista? Unos meses después también éramos subcampeones mundiales en la pista.

Habéis obtenido muy buenos resultados en los mundiales de Italia esta primavera, ¿lo esperabais?

Sinceramente, no. En el mundial anterior, después de mucho entreno y tras haber superado nuestra marca, nos quedamos fuera del podio con un cuarto puesto. Este año tras seguir entrenando, mejorando y bajando nuestro tiempo seguíamos viendo que los rivales ‘volaban’. Llegamos a Italia, al mundial. Salíamos de los últimos a disputar nuestra prueba y estábamos viendo cómo rivales que ni contábamos como favoritos estaban pulverizando los tiempos.

Subimos a la pista con miedo, pero con confianza. Sonaba la cuenta atrás y era nuestro momento, el de demostrar lo entrenado y olvidarse de los tiempos, de lo que habíamos hecho o podíamos hacer: solo el hecho de darlo todo. Y así fue, no solo rodábamos a un tiempo de vuelta superior al que antes habíamos conseguido rodar, sino que lo manteníamos vuelta a vuelta. Mejor tiempo, nos quedamos a décimas del récord del mundo (hecho en altura). Y me repito en decir que no nos lo esperábamos.

«En estos Juegos las medallas pueden estar a más de diez segundos de las que se ganaron en Londres 2012»

Os habéis quedado a un segundo del récord del mundo, ¿cómo os sentís? ¿Creéis que puede que sea necesario batirlo en Río?

Estamos viendo que año tras año están bajando mucho los tiempos. De hecho, en estos Juegos las medallas pueden estar a más de diez segundos de las que se ganaron en Londres 2012.

Falta saber cómo será el velódromo, que dicen que es rápido. Aunque no esté en altitud, si es rápido, que creo que sí, ganar el oro no solo va a ir acompañado de un récord olímpico, si no también de uno mundial.

Además del objetivo de estar en Río. Si llegáis allí, ¿qué meta os vais a poner en los juegos?

El soñar no tiene fin, y se puede soñar mucho. Tres pruebas, tres oros. Pero vamos a ser realistas. Nuestro objetivo era llegar, ahora nuestro objetivo es salir con un metal en el cuello.

¿Tienes alguna otra profesión además del ciclismo?

Además del ciclismo también trabajo como comercial para Pansalud y soy monitor de spinning.

¿Cómo está el apoyo al deporte paralímpico? ¿Cómo es de necesario?     

Podría estar mucho más reconocido y valorado. A día de hoy, un deportista paralímpico de élite en España no compite para enriquecerse si no porque el deporte es su vida y su forma de demostrar que él es capaz.

¿Dependéis mucho de la Federación, de las becas y de los resultados para poder financiaros?

Sí, pero en este país no puedes depender exclusivamente de ello. Las becas hay que renovarlas anualmente y solo se consiguen subiendo al podio en un campeonato del mundo. Como se comprenderá, es algo difícil.

Por lo que también tenemos que buscarnos la vida y encontrar colaboradores, patrocinadores, gente que se suma a nuestro proyecto y nos ayuda a no pedalear solos.

¿Cuál es vuestro objetivo si llegáis a Río?

Como ya he dicho, vamos a buscar la medalla. Nos centraremos en la prueba de persecución, 4 km en pista, y en la contrarreloj. Aun así, tendremos una última oportunidad en la prueba en ruta, pero ahí ya entran otros factores como la estrategia y algo de suerte.

¿Qué es lo que te produce más alegría del deporte? ¿Qué tipo de satisfacciones te da?

Ganar. Pero no por el hecho de llegar primero y de poder levantar los brazos, sino porque ganar es la máxima expresión de todo el trabajo que hay detrás. Muchos días duros, sacrificios que solo el deportista sabe… Pero ganando tienes esa alegría de que todos esos sacrificios han valido la pena.

Lee aquí la entrevista a Ignacio Ávila.

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