Las fechas navideñas traen de cabeza al sector del Gran Consumo. Calles, ecommerces y centros comerciales colapsados de compradores en busca del último regalo para sus allegados. Los nervios están a flor de piel para que todo salga lo mejor posible y que nadie se encuentre su hueco vacío a los pies del árbol. Pero una vez pasado el furor de estos días, ¿qué es lo que preocupa al Gran Consumo durante el resto del año?
Los indicadores más importantes para el Gran Consumo
Los indicadores de rendimiento, o KPIs en sus siglas en inglés, son una de las herramientas básicas de la gestión de empresas. Por eso son un buen reflejo de los intereses y de las preocupaciones de las compañías. Miebach Consulting y GS1 han encuestado este año a 360 ejecutivos del sector y han evaluado qué indicadores les parecen más relevantes. Como veremos, todos ellos se pueden relacionar con la labor que la logística presta al Gran Consumo.
Servicio al cliente
El servicio al cliente es, con diferencia, el ganador. El 73% de los ejecutivos calificó las expectativas de aprovechamiento de este apartado como buenas o muy buenas. El informe subraya cómo el servicio al cliente ha relegado al segundo puesto al que antiguamente era el rey de la clasificación: la presión de los costes (67% de buen o muy buen aprovechamiento).
No hay ninguna empresa que pueda trabajar -o subsistir- dando la espalda a sus costes. Sin embargo, estos datos parecen indicar que cada vez son más los que priorizan un buen servicio frente a un enfoque orientado puramente al coste.
Transparencia en la cadena de suministro
Cierra el podio la transparencia en la cadena de suministro (65%), una nueva prueba de la estrecha relación entre Gran Consumo y logística. La transparencia permite a las empresas controlar y responder mejor a la demanda, trabajar más eficientemente con productos con fecha de caducidad, vigilar mejor sus costes, anticiparse a posibles problemas, etc.
El reto tecnológico y la adaptación al presente
Entre los KPIs hay dos vertientes que sobresalen con claridad: las relacionadas con las nuevas formas de consumo y las que tienen que ver con la constante penetración de nuevas tecnologías. Entre los primeros están la estrategia de distribución omnicanal, la individualización, las fluctuaciones de demanda y la personalización de los productos y los “cambios en el comportamiento del consumidor”. Adquirimos productos más personalizados, durante ciclos más breves, con acumulaciones más grandes por las promociones y a través de un mayor número de canales. Si las personas compramos de una manera distinta, una empresa de Gran Consumo no puede quedarse fuera de este cambio.
Entre los avances tecnológicos que se abren paso sin pedir permiso hay que mencionar: la digitalización de los procesos de negocio, la automatización o la descentralización. Como sucede con el resto de los apartados, claramente son aspectos que pueden reproducirse en la relación del Gran Consumo con la logística. Además, la logística puede ejercer tanto de facilitador como de freno en este proceso. Por ejemplo, será muy difícil que una empresa de Gran Consumo se digitalice realmente si su proveedor logístico no puede acompañarle en el camino.
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