Tres historias de miedo de la logística

pesadillas logísticas

Puede que a los lectores de este blog ya no les den miedo las brujas y los demonios de los cuentos infantiles. Sin embargo, posiblemente le tengan pánico a algunas de las situaciones que vamos a ver. Auténticas pesadillas que pueden amargarte tanto el día como la noche. No hay mejor semana en el año para repasar unos sustos que pueden poner en jaque al corazón más curtido.

No llegar a tiempo

Posiblemente la primera que le vendría a la mente a la mayoría de la gente. Como si de un mal sueño sobre exámenes suspendidos que sigues teniendo tras años de haberlo dejado atrás, el no llegar a tiempo siempre va a ser un potencial sobresalto en tu logística.

Respecto a los plazos, los métodos con menor porcentaje de sufrir un retraso son aquellos que usan servicios directos. Es decir, aquellos en los que la carga de un único cliente ocupa todo le vehículo (ya sea una furgoneta o un mega tráiler) y va directo hacia su destino. Esto elimina el tener que pasar por puntos intermedios, nuevas estibas, coger enlaces… Minimizando las incidencias.

Llegar con roturas

En muchas ocasiones llegar con roturas es aún peor que llegar tarde. Un retraso puede traer consecuencias devastadoras, incluso la paralización de una fábrica, pero en otras ocasiones los perjuicios no son tan evidentes. Sin embargo, cuando hablamos de roturas la situación siempre va a tornarse muy problemática.

Además, incluso en los casos menos leves la simple gestión de los seguros, sus trámites y sus esperas pueden volverse un auténtico calvario. Por ejemplo, cuando no estamos ante desperfectos en un paquete sino ante un accidente de tráfico que involucre la carga al completo de un camión. Y eso por no mencionar al lado lo que es más importante siempre, la seguridad de las personas implicadas.

Llegar con la mercancía incorrecta

Si los dos escenarios anteriores son dignos de una tortura de Halloween, este no le va a la zaga. A su manera, puede ser aún más diabólico que los otros dos. Cuando tenemos la primera noticia de que hemos llegado con la mercancía incorrecta inmediatamente nos viene a la cabeza la señal de alamar para ver si hay más errores. ¿Dónde ha ido a parar la mercancía incorrecta? ¿Hay un cruce en el etiquetado de los palés o los paquetes o se ha producido un problema en la propia preparación del envío? ¿Hay que empezar a revisar todos los envíos de ese día o de esa campaña? Según repasas mentalmente las opciones seguramente te vengan también a la mente visiones sobre extra costes, retrasos, molestias en los destinatarios, en los clientes… Un auténtico infierno logístico.

Pese a que estas amenazas nunca podrán desaparecer del todo, la realidad es que los mejores operadores logísticos logramos mantener estas problemáticas en un umbral muy bajo, lo que convierte el día a día de las cadenas de suministro de nuestros clientes en algo mucho más transitable que este purgatorio de problemas y miedos.

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