Las cuatro “R” de la logística

Las cuatro "r" de la logística

La necesidad de competir más y mejor nunca termina para las empresas ni para su logística. Ambas necesitan atender las nuevas necesidades de sus clientes y, para hacerlo, están ganando presencia estos cuatro principios, vitales para adaptarse a los escenarios actuales. Estas cuatro “R” de la logística, propuestas por Donald Waters en ‘Global Logistics’, son: Responsiveness (capacidad de respuesta), Reliability (fiabilidad), Resilience (resistencia) y Relationships (relaciones).

Las cuatro “R” de la logística

Responsiveness (capacidad de respuesta)

Las empresas no solo tienen que adaptarse a las nuevas demandas, sino que tienen que hacerlo cada vez de manera más rápida. Los mercados y los clientes mutan cada vez más deprisa y todo indica que la velocidad va a seguir siendo un factor determinante en los próximos años.

En el caso de la logística, además, llueve sobre mojado. La tendencia a reducir los stocks acentúa esa necesidad de que los operadores logísticos puedan dar respuestas ágiles ante cualquier necesidad que pueda surgir. La respuesta inmediata ya no está limitada a los momentos excepcionales, sino que forma parte del día a día.

Los clientes exigen soluciones personalizadas, trajes logísticos a medida. Y lo hacen en un escenario en el que los patrones de demanda son cada vez más inciertos y las predicciones sirven para un menor tiempo y con una menor fiabilidad. Fruto de ello, muchas organizaciones tratan de ser guiadas más por la demanda en tiempo real que por las previsiones.

Para que una cadena de suministro tenga capacidad de respuesta la clave no está en hacer más cosas o hacerlas más rápido, sino en eliminar actividades que no añadan un valor real. Algunos síntomas sobre la falta de capacidad de respuesta son la presencia de duplicidades en los procesos y la existencia de tareas diseñadas sobre papel y pensadas para ser realizadas también sobre papel.

 

Reliability (fiabilidad)

Las cadenas de suministro de la actualidad se enfrentan a grandes incertidumbres. Como hemos visto, la cada vez más imprevisible demanda y la reducción de stocks pueden suponer problemas; pero también la dependencia de todos los proveedores y agentes implicados nos expone más a posible riesgos y amenazas para nuestra fiabilidad.

Pese a la tendencia hacia su reducción, la existencia de stocks de seguridad es una herramienta muy útil para añadir robustez a nuestra cadena de suministro. En este punto se produce un importante choque entre el ahorro de costes, al disminuir la cantidad de mercancía almacenada, y el aumento de nuestra fiabilidad si decidimos elevar estos stocks.

Otro aspecto vital para la fiabilidad es la revisión de procesos. En este campo ha sido donde técnicas como el Six Sigma o el Lean Manufacturing han tenido una importante presencia. Esta revisión sobre cómo hacemos las cosas ha permitido a las empresas no solo obtener porcentajes de calidad sino, más importante, detectar dónde se producen la variabilidad y los problemas.

Las cadenas de suministro también han crecido en su interdependencia. Cada eslabón de la cadena depende del anterior, lo que hace más importante que nunca el poder confiar en que nuestro pedido estará en el momento preciso en el lugar solicitado para poder continuar ese flujo de materiales.

 

Las cadenas de suministro cada vez trabajan con menos margen de error

Resilience (resistencia)

¿Está tu cadena logística preparada para lo inesperado? Esta “R” de la logística hace referencia a cómo de fuerte es tu logística a la hora de encajar golpes. El crecimiento y la internacionalización de las cadenas de suministro, entre otros factores, hacen que el riesgo logístico sea más alto que nunca. Ya sea un proveedor que te falle a muchos kilómetros de distancia, un desastre natural que afecte a tus rutas o cualquier otra posibilidad; habrá muchos momentos en que tengas que hacer frente a problemas difíciles de prever.

Paradójicamente, incluso mejoras como los sistemas Lean y Just in Time suponen nuevas posibles fuentes de problemas. Las cadenas de suministro cada vez trabajan con mayor tensión, menor tiempo, menor stock y menor margen de error. Es decir, prácticamente sin red. Y esto agrava los posibles problemas de resistencia.

Las empresas necesitan identificar cuáles son los riesgos a los que están más expuestas, cómo de graves serían sus consecuencias y cómo ponerles solución. Las medidas para limitar tus riesgos logísticos pueden ser tanto preventivas -medidas a realizar antes de que surja el problema- como paliativas -cómo actuar en caso de problema para minimizar las consecuencias-.

 

 

Relationships (relaciones)

En los últimos tiempos, las empresas han comenzado a reducir el número de proveedores con el que trabajan. Esto se debe al deseo de tejer mejores relaciones entre cliente y proveedor, que supongan una mayor creación de valor. Lo que supone un cambio respecto a modelos pasados, que miraban más a la mejora a corto plazo en los costes gracias a la competencia entre proveedores.

De hecho, cada vez son más las relaciones cliente-proveedor en las que se habla de ‘partners’, de socios estratégicos. Una visión basada en que ambas parten salgan ganando y eso repercuta en mayor beneficios para los dos.

Son varias las ventajas que suelen nacer de este nuevo estilo de relaciones. El servicio recibido suele mejorar, gracias a un mayor conocimiento de los procesos del cliente a lo largo de los años y de una compresión más profunda de sus necesidades. También estos socios prioritarios son los primeros que suelen recibir las innovaciones de sus proveedores, e incluso son ellos el motivo que lleva al desarrollo de dichas innovaciones. Cuanto más se integran cliente y proveedor y mayor confianza hay, más sencillo resulta poder ahorrar costes, al integrar con mayor facilidad todos los procesos logísticos y poder contar con toda la información necesaria para ello.

Un ejemplo clásico de este nivel de integración son los inventarios administrados por el vendedor (VMI). En este caso, es el proveedor el que asume la responsabilidad de mantener el suministro de producto en los distintos puntos en que sea necesario. Y para ello es imprescindible que el cliente comparta en tiempo real la información sobre ventas, stocks, promociones, predicciones, etc.

Estas cuatro “R” de la logística muestran la evolución en los clientes y en sus necesidades, que están transformando la logística. Las empresas necesitan una logística más ágil y adaptable, pero a la vez más robusta. Y, para ello, están dispuestos a entablar relaciones más significativas y profundas con sus proveedores logísticos.

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