La logística terrestre tiene, como no podía ser de otra manera, sus propias características. Frente a otras, como la marítima o la aérea, esto le hace enfrentarse a sus propios problemas y peculiaridades y a una evolución diferente al resto.
Cuatro particularidades de la logística terrestre
Atascos
En este punto no queremos decir que no se puedan producir atascos en el transporte marítimo y aéreo. Pero desde luego su forma es diferente a la de los atascos de la logística terrestre. En el transporte rodado, en muchas ocasiones, el atasco es parte del día a día y se tiene en cuenta a la hora de trazar rutas y repartos.
Por el contrario, en el mar y en el aire los atascos no forman parte tan cotidiana del día a día, pero cuando se presentan su acción puede ser devastadora. Por ejemplo, actualmente el puerto de Shanghái se encuentra con dificultades para gestionar el volumen de mercancía que tiene pendiente. O basta con recordar todos los problemas que se dieron el año pasado cuando el Ever Given se quedó parado en el canal de Suez.
Aquí no hablamos de retrasos de algunas horas en el reparto diario, sino de congestiones que pueden poner en jaque las cadenas de suministro a nivel mundial.
Núcleos urbanos
La presencia de grandes núcleos urbanos afecta de manera muy diferente al transporte por carretera. Obviamente, las grandes ciudades suelen disponer tanto de aeropuerto como de puerto, cuando tienen costa. Pero las implicaciones en un caso y en otro tienen poco que ver.
Cuando la logística terrestre se realiza en núcleos densamente poblados tiene que hacer frente a retos muy específicos. Ya hemos hablado de los atascos, pero existen otros aspectos como los horarios, los accesos limitados en zonas céntricas y/o en días señalados o la concentración de entregas que afectan a cómo se gestiona y prepara toda la operativa.
Almacenes de proximidad en la logística terrestre
Continuando con el punto anterior, una de las soluciones que están sobre la mesa a la hora de lidiar con las particularidades de la logística en núcleos urbanos es la de los almacenes de proximidad. La idea es establecer un mayor número de almacenes, pero de menor tamaño, en lugares más cercanos a los centros urbanos. Este tipo de soluciones tratan de reducir el espacio a recorrer por los vehículos, evitando las salidas y entradas desde las ciudades a los grandes lugares de almacenamiento, ubicados habitualmente en puntos periféricos.
Trato directo con destinatario
En contraste con el mundo del barco y el avión, la logística terrestre es la que habitualmente tiene relación con el destinatario final de la mercancía. Esto se debe a que es la que suele realizar el último tramo del trayecto. Porque aunque nos envíen por barco lo que hayamos comprado en un comercio electrónico al otro lado del mundo, difícilmente este atracará en la puerta de nuestras casas.
Esta situación se traduce en que es la logística terrestre la que lidia con las ausencias de los destinatarios, la coordinación de las entregas y el contacto más estrecho con el cliente final.
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