Siete consejos para tener una oficina más productiva

Crear un buen ambiente aumenta la productividad

Recientemente, apuntamos varios consejos para conseguir elevar nuestra productividad personal en la oficina. Sin embargo, en el artículo de hoy nos vamos a centrar en cómo podemos hacer que sea la oficina la que potencie el rendimiento de los empleados.

Cómo hacer que tu oficina aumente tu productividad

El estrés no es productivo

Estamos acostumbrados a vivir en una filosofía laboral que asume que, ante una fecha final para un proyecto, es normal que los trabajadores estiren sus horarios laborales muy por encima de lo habitual y acepten que serán épocas de alto estrés. Pero, en realidad, este tipo de situaciones es menos productivo.

Un estudio de Towers Watson sostiene que el 57% de los empleados que aseguran tener un alto estrés sienten ser menos productivos y estar menos apegados a su rtabajo, cosa que solo sucede en el 10% de los menos estresados.

Crea un lugar en el que guste trabajar

Diseña un espacio agradable. Para ello, es fundamental contar con la opinión de las personas que lo van a utilizar. Tal vez te parezca una estupenda idea colocar una mesa de ping-pong en una sala de descanso para que los empleados se relajen e interactúen más entre ellos. Y puede serlo, pero tal vez lo que estén deseando en la oficina sea una salita para tomar café, ya que la máquina actual está muy lejos y no tiene ningún sofá donde relajarse cinco minutos. La mejor manera de saberlo es preguntarles.

Otra manera de contribuir al buen ambiente entre la plantilla es disponer de espacios diáfanos. Evitar al máximo los muros y las puertas cerradas, usar cristales transparentes para separar estancias cuando necesario… Fomentarás la sensación de transparencia, de equipo y de confianza, animando a que los empleados interactúen entre sí.

Mejora los descansos

“Aquí hacemos el descanso del bocadillo de 11 a 11.20”. ¿Quién no ha tenido un recibimiento así en su primer día de trabajo en un nuevo puesto? Ser flexible con los descansos es otra buena herramienta para elevar la moral –y por tanto la productividad- de tus tropas. Es posible que un empleado tuyo rinda estupendamente a la hora del descanso, pero le “obligues” a parar justo en ese momento.  O que, en vez de un descanso más largo prefiera dos más breves, o que necesite algo más de esos 20 minutos prefijados.

También es bueno hacer que estos descansos sean “obligatorios”, no en el cómo, pero sí en el fondo. Así lograrás desincentivar la nociva política de no levantar la mirada de la pantalla y orientarla más tanto al bienestar en el puesto de trabajo como a la productividad real y no a la aparente.

Apúntate al teletrabajo

Otra forma de flexibilidad. Entre los temores más habituales para promover el teletrabajo está el miedo a que baje la productividad. Por el contrario, la experiencia parece demostrar que muchos de los teletrabajadores suelen aumentar su rendimiento. Esto se debe a diversos factores: trabajar en mejor estado de ánimo, trabajar en un lugar sin interrupciones, querer agradecer la confianza recibida o querer demostrar que el miedo a una bajada de rendimiento es infundado y así proteger este nuevo derecho adquirido.

Hay un problema, no obstante, que sí has de tener en cuenta: una cantidad muy alta de teletrabajo podría dificultar las relaciones personales y laborales entre los miembros de la  plantilla.

Un buen descanso es fundamental
Un buen descanso es fundamental

La comida es sagrada

Especialmente en épocas de alto estrés, comer delante del ordenador se convierte en una estampa habitual. Reprochar estas acciones ayuda a otro concepto fundamental que rescatamos en el anterior artículo: la importancia de separar el lugar de trabajo y el de la comida. Esto contribuye decisivamente a que las personas se tomen un auténtico respiro y vuelvan con mayores energías, en vez de que estas continúen menguando al no haber abandonado el puesto en ningún momento.

Por supuesto, para llevar todas estas medidas a cabo es necesario que la carga laboral en tu oficina sea sana y equilibrada. No puedes sobrecargar a tu equipo y esperar que este no tome medidas que caigan en el sobreesfuerzo a costa de la productividad.

Flexibiliza los horarios

Otra costumbre laboral que cada vez está más puesta en tela de juicio. Una hora fija de entrada y salida para el grueso, o la totalidad de la plantilla, independientemente de la cantidad de trabajo que tengan. Empoderar a los empleados dándoles capacidad de decisión para entrar o salir a una hora distinta, dependiendo de sus necesidades laborales y personales, es una herramienta poderosa para que aprovechen al 100% el tiempo en el que estén en la oficina.

Sé el jefe que te gustaría tener

Si tus empleados tienen una cantidad de trabajo abarcable, pueden tomarse su tiempo y espacio para comer, tienen flexibilidad para adaptar sus horarios y se les invita a tomarse descansos durante la jornada en espacios preparados para ello, ya habrás plantando semillas para que la relación con ellos sea más que buena.

Entablar lazos de cercanía y confianza con las personas ayuda a que éstas se comprometan más íntimamente con el proyecto. Y trabajar con un líder con el que te identificas es trabajar en un proyecto con el que te identificas.

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