La guerra por la velocidad ya ha comenzado. El mundo de la logística está envuelto en una carrera para conseguir reducir los tiempos de entrega. Como muestras, los repartos de paquetería en el mismo día e incluso la llegada a la paletería de las entregas antes del mediodía, de las que somos pioneros. Hoy queremos analizar las causas de esta aceleración y lo que supone este aumento del transporte urgente.
Transporte urgente, una necesidad creciente
A grandes rasgos, podemos dividir a los destinatarios de mercancía en dos grandes tipos: particulares y empresas. Pero, pese a esta división, ambos están exigiendo un menor plazo entre el momento en el que realizan el pedido y en el que lo reciben. Veamos por qué.
Empresas
Las cadenas de suministro cada vez están más afinadas y confían en unos plazos de entrega que son, además de más cortos, más fiables. La implantación, en cada vez más compañías, de sistemas ‘just in time’ ha aumentado la presión sobre logistas y transportistas, que necesitan reinventarse continuamente.
Por ejemplo, bajo estas condiciones se ha ido extendiendo el uso de la paletería exprés, para atender las necesidades de las empresas que necesitan enviar palets en España de manera rápida pero no alcanzan los volúmenes de los grupajes para llenar camiones. Un nicho de mercado que ha crecido con fuerza durante los últimos años.
Las prisas también han aumentado la importancia de la trazabilidad. Para las compañías resulta fundamental poder saber en todo momento dónde se encuentran sus mercancías, para asegurarse de que su cadena de suministro no va a sufrir sobresaltos y poner esa información a disposición de sus clientes.
Otra tendencia que está afectando a la velocidad en el transporte es el deseo de las empresas por reducir stocks y almacenajes. La mayoría de empresas intentan tener la menor cantidad posible de material almacenado, para así ahorrar costes, y la creciente velocidad del transporte les permite esta flexibilidad.
Particulares
En el caso de los destinatarios individuales, sin duda el ecommerce es el epicentro de esta batalla por la velocidad. Y la presión en los tiempos de entrega ejercida por las grandes multinacionales se termina replicando en los pequeños comercios electrónicos, que no quieren quedarse atrás.
El transporte urgente también es el resultado de unos tiempos en los que exigimos satisfacer todos nuestros deseos de forma prácticamente inmediata. Si el avión hizo más pequeño el mundo al permitirnos viajar mucho más rápido, internet ha conectado el salón de nuestras casas -y nuestros bolsillos- con cualquier tienda del mundo. No solo queremos una cosa; la queremos ahora.
La estrechez de los horarios también influye. Necesitamos cuadrar trabajo, familia, amigos, deporte, ocio… Y tratamos de sacar tiempo de cualquier lado. Ir a hacer la compra o a elegir unas nuevas zapatillas deportivas lleva mucho más tiempo que hacerlo en sus versiones digitales. Y las empresas saben que cuantas más opciones de entregan den al cliente más posibilidades tienen de captarle.
El dilema de la optimización
Las empresas logísticas se enfrentan a dos retos: lograr reducir los tránsitos y hacerlo de manera rentable. Una mayor velocidad implica una serie de exigencias que repercuten en los costes. Y a veces el usuario no está dispuesto a pagarlo; especialmente en el ecommerce, ya que en Internet abunda la teoría del “todo es gratis”.
Cuanto menos tiempo haya para hacer la entrega, más difícil es consolidar los vehículos. Es decir, optimizarlos para que puedan llevar el mayor número posible de envíos. Por el contrario, a más margen de entrega, más fácil resulta diseñar rutas que reduzcan costes y kilómetros.
Las entregas en el mismo día, por ejemplo, implican que la mercancía ha de estar almacenada muy cerca de los destinatarios. Esto supone la necesidad de disponer de más instalaciones, en vez de poder centralizar en naves más grandes. Mientras que un almacén en Madrid puede proveer a toda España en plazos de 24 horas, le será imposible entregar en apenas un par de horas a 800 kilómetros.
También influye que en el reparto de paquetería más exprés se están empleando vehículos más pequeños e incluso bicicletas. Lo que reduce la carga que pueden transportar antes de tener que volver a la nave a por más mercancía, siendo menos eficientes. Esto hace que su radio de acción tenga que ser menor.
Saber combinar estas variables será clave para el éxito y la sostenibilidad de estos envíos. Necesitamos que, además de hacerlos posibles, sean también rentables para todos los involucrados en el proceso. Porque todo indica que la necesidad del transporte urgente de mercancías va a seguir en auge en los próximos tiempos.
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