El Dakar llega a Transgesa

Juan Antonio López Dakar

“Vivimos cambios de temperatura de más de 50 grados en el mismo día”, “Mi media de sueño era de media hora cada jornada”, “Detrás de una duna no sabes si viene una caída de cientos de metros”. Así nos explicó la semana pasada Juan Antonio López, Team Mánager del equipo de Palibex en el Dakar, cómo es vivir esta mítica carrera desde dentro.

Para todos los que formamos parte de la red de Palibex, el Dakar ha sido una experiencia única. Una competición legendaria con la que compartimos sus valores: trabajo en equipo, lucha, afán de superación y afán por mejorar. Por eso vivimos de manera también muy especial la visita de Juan Antonio a nuestras instalaciones, en las que compartió con el equipo lo vivido en Bolivia, Argentina y Perú el pasado mes de enero.

Aunque, realmente, la aventura comenzó incluso antes de llegar a Sudamérica. Y es que, apenas unos días antes de empezar la competición, un vuelco del camión de Rafa Tibau amenazó con dar al traste con el sueño del Dakar. “Trabajamos en jornadas interminables para poder arreglarlo. El chapista tuvo que estar 72 horas seguidas subido al andamio”, nos relató Juan Antonio.

Pero si la parte competitiva es importante, el Team Mánager de Palibex quiso dejarnos claro que la parte humana es el auténtico corazón del Dakar. Juan Antonio nos habló de la ayuda desinteresada que le ofrecieron a menudo las personas con las que se cruzaron; y que en una ocasión les permitió evitar un accidente seguro, al indicarles que frenasen antes de un barranco. O de la pasión y la ilusión por ver la caravana del Dakar incluso en los pueblos más recónditos. Y de la felicidad de compartir mesa y comida con el resto del equipo en los pocos momentos de descanso que podían encontrar.

Palibex también destacó durante el Dakar por el apoyo logístico prestado a otros equipos, la ayuda en momentos como la salida del cenicero -un punto de control situado entre grandes dunas y del que resultaba muy complicado salir- o remolcando a Cristina Gutiérrez durante más de 400 kilómetros para llegar a la meta a punto de acabar fuera de control.

La charla de Juan Antonio fue para nosotros fue una manera de poder estar allí también, en un escenario que se encuentra a miles de kilómetros de distancia, repleto de dunas interminables, pero del que de alguna manera ya nos sentimos parte.

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