A lo largo de nuestros artículos en este blog hemos ido diseccionando varios de las tipologías en las que se puede dividir el transporte. En esta ocasión vamos a detenernos en el denominado transporte pesado. Para empezar, vamos a ver qué se entiende por transporte pesado.
Qué es el transporte pesado
El Reglamento de Ordenación de los Transportes Terrestres fija con exactitud qué se considera técnicamente como vehículo pesado. Un vehículo pesado es aquel especialmente acondicionado para el transporte de mercancías cuyo peso máximo autorizado es superior a 6 toneladas y cuya capacidad de carga excede de 3,5 toneladas.
Esta consideración tiene numerosas repercusiones legales, respecto a los requisitos y las posibilidades a las que habilitan este tipo de vehículos. Entre ellas, una de las más características es la del uso del tacógrafo -quitando algunas excepciones- para controlar el tiempo de conducción de los mismos.
Aquí es importante hacer una diferenciación, que es la diferencia entre el transporte pesado y los vehículos pesados. Resulta fácil pensar automáticamente en que los vehículos pesados van a mover siempre mercancías voluminosas o de muchos kilos y, por el contrario, los vehículos por debajo de esas 3,5 toneladas de carga van a mover materiales livianos.
Para qué el transporte pesado
Los vehículos pesados son indispensables también para el funcionamiento de las redes de mercancía ligera como la paquetería. Puede que lo que veamos cotidianamente en las calles realizando entregas de paquetería y comercio electrónico sean furgonetas, pero para que la mercancía haya llegado hasta ellas muy seguramente hayan sido desplazadas mediante vehículos de gran tonelaje.
Pasando de los paquetes a los palés vemos cómo los vehículos pesados ya se adueñan también del reparto de última milla. Ya sea a grandes superficies comerciales, a empresas e incluso también a particulares, el reparto de mercancía paletizada -desde los grandes a los pequeños grupajes- tienen su mejor aliado en este tipo de transporte.
Otros tipos
A veces, cuando se habla de transporte pesado, también se intenta hablar de lo que se consideran transportes especiales. Es decir, mercancías con volúmenes y dimensiones fuera de lo habitual. Entre ellas nos encontramos el transporte de maquinaria, de grandes infraestructuras, de vehículos agrícolas o especialmente grandes, largos no convencionales (como las aspas de una turbina eólica), etc.
Este tipo de transportes es muy delicado, suele estar acompañado de la necesidad de permisos especiales y requiere una gran coordinación entre las diversas partes. Expedidor, cargador, transportista y destinatario tienen que tener una buena comunicación entre sí para solventar las mayores dificultades que acompañan a este tipo de tránsitos.
Nos hemos centrado en el transporte por carretera. Sin embargo, el transporte pesado también puede hacer uso de otros tipos de transporte, como el barco y el tren, que pueden resultar muy adecuados para estas operativas.
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